En los últimos años Croacia, y la costa de Dalmacia, se convirtió en uno de los destinos turísticos más populares de Europa.

Lo cierto es que por una o varias razones Croacia nos atrae, nos atrapa y nos deja siempre ganas de regresar. Es esa clase de destino que nos propondrá cada vez algo más, algo nuevo.

Muchas son las razones para que esta nación sea tan atractiva para los viajeros. Podría ser las aguas turquesas aguas del Adriático con sus espectaculares playas, sumadas a su arquitectura medieval tan bien conservada. O tal vez ese ser tan acogedor que tiene su gente, que siempre nos recibe de manera tan amable y dispuesta a deslumbrarnos con su cultura tan única y personal.
Entre los puntos más famosos de Croacia encontramos a Dubrovnik, Split y Zagreb. Pero por supuestos es solo la punta del iceberg.
Solo a modo de introducción a este bello te damos una lista de siete imperdibles, destacando algunas de las ciudades e islas costeras más populares, y algunas perlitas escondidas.

1- Una caminata por las antiguas murallas de las ciudades costeras.

Una de las particularidades del país son sus ciudades costeras amuralladas, y sería imposible evitar en la lista la más reconocida y mejor conservada de ellas, la de Dubrovnik. Ese paseo de casi dos kilometros te sumergirá en el tiempo y te dará la posibilidad de tener las mejores vistas de la ciudad y de la costa. El mismo camino nos propone la visita de varios fuertes y torres.
Otra opción tan increíble como Dubrovnik es Korkula. Menos conocida que la anterior, pero con sus murallas y fortalezas tan bien conservadas, reminiscencia directa a Dubrovnik, sobre todo en las torres situadas en los ángulos. Lo bueno de esta ciudad es que tiene menos transito de público y se puede visitar con más tranquilidad. La forma de la muralla condiciona a su vez la disposición urbana de su centro histórico en el que sus calles se abren en forma de espina de pez.  Con un suerte de avenida central y estrechas calles laterales que invitan a sumergirse en cada una de ellas y mientras se van descubriendo hermosos rincones disfrutar de la mezcla de arquitectura gótico y renacentista que albergan.

2- Disfrutar y saborear la pesca fresca, especialmente los mariscos.

Una de las particularidades de la cocina de la costa de dalmacia es la influencia que ha recibido a lo largo de los siglos tanto de Grecia como de Italia. En esa mezcla increíble de sabores locales, la abundancia y proximidad al mar resaltan los productos del mar. Cada plato que incluya la pesca y productos frescos del mar son una excusa perfecta para que valga la pena el viaje.
Ostras, langostas, pulpos, camarones, almejas y mejillones, preparados e incluidos en diferentes platos combinados con otros sabores muy locales. Una de las especialidades regionales es el risotto a base de sepia, llamado Crni rižot. También imperdibles los tipos de guisos con pescados o las tradicionales sardinas marinadas ideales para acompañar algún aperitivo.
Un lugar muy particular para los amantes gastronómicos es una visita a la isla de Pag, a la que se puede acceder desde Zadar. Ahí encontramos un pueblito, Kolan, que fuera un centro agrícola desde la antigüedad y aún hoy se especializa en la producción en forma tradicional de aceites de oliva y el famoso queso de la región paski. Además de demostraciones de su forma de trabajo se pueden adquirir estos productos únicos. Si cuentas con más tiempo, podríamos recomendarte un recorrido por el exuberante valle de Konavle, y mientras paras en los diferentes pueblos en el camino encontrarás especialidades locales que no suelen exportarse.

3- Visitar algunos viñedos y degustar los vinos locales.

Como ya mencionamos, una de las influencias más notorias a nivel gastronómico es la griega, y de la mismo manera a calado en la producción de vinos y aceites de oliva locales.
Una de las mejores formas de conocer y experimentarlo es recorriendo parte de la campiña croata, repleta de viñedos y olivares. Su industria vinícola cuenta con más de dos milenios de historia desde que los propios colonos griegos comenzaron la producción de vinos locales en las islas de Korcula, Hvar y Vis. Al día de hoy ya se conocen más de 300 regiones vinícolas bien definidas dentro del país con sus propias características y tipos de uva.  La variedad de vinos blancos secos y muy frutales es tal vez la más reconocida, pero también se producen buenos vinos tintos, que incluyen a la variedad local de uva Plavac Mali vinculada al popular Zinfandel.
Sobre todo desde Zadar y Korkula pueden encontrar excursiones a diferentes viñedos, y uno de los más conocidos son los viñedos Royal en el pueblo de Petrcane que datan del siglo XI. Este viñedo está cerca de Zadar.
Bodega de Croacia
Bodega de vinos regionales en Croacia

4- ¡Atención amantes de la naturaleza! Parque nacional de Krka y sus cascadas

Es casi una visita obligatoria desde alguno de los puertos o paradas en Croacia.  Si tienes la suerte de llegar a Sibenik, es una excelente oportunidad por la cercanía ya que se encuentra justo situada en la desembocadura del río Krka sobre el mar Adriático. Este gran se extiende a lo largo de los 72.5 kilómetros del río y las estribaciones de la cordillera de Dinara.
Dentro del parque nacional se encuentran unas ruinas romanas y el monasterio franciscano de la Madre de la Micericordia, en la pequeña isla del lago Viskovac.
La mayor de las atracciones del parque son las espectaculares siete cascadas. La mayor de todas es la Skradinski Buk, increíble cascada de 45 metros de altura que culmina en una enorme piscina de aguas color esmeralda.  Si es verano, seguramente querrás darte un baño. Además de la cámara de fotos, llevar un traje de baño.
Cascadas de Krka, Croacia
Cascadas en Parque Nacional Krka, Croacia

5- La caída del sol desde algunos de los mejores puntos de Dubrovnik

Para empezar, el momento mismo de la caída del sol es increíblemente buscado  desde algún buen rincón de la ciudad, para captarlo tanto con los ojos como con las cámaras.  Aquí te proponemos tres alternativas bien interesantes para captarlo en su mayor magnitud.

Desde el monte Srd, aprovechando el servicio de teleférico, un buen momento para utilizarlo y tener una de las mejores vista será seguramente el atardecer.
Desde las murallas de la ciudad, también caminando por ellas más avanzado el día y tener la posibilidad de estar allí a la hora del atardecer. Para ese momento la mayoría de los turistas, sobre todo los que llegan en cruceros, ya se habrán ido, y la tranquilidad es un punto a favor.
Desde Uvala Lapd, una de las playas más famosas de Dubrovnik, es uno de los puntos más perfectos para disfrutar la caída del sol. Por lo que aprovechar la tarde al sol, la playa y a última hora con un trago en mano, frente al mar puede ser un broche de oro a la jornada en la ciudad, seguramente antes de una hermosa caminata y una cena en el casco antiguo. Las calles adoquinadas y los edificios medievales se ven aún más mágicos en la luz del atardecer.
Dubrovnik Croacia
Centro histórico de Dubrovnik

6- Navegar por sus costas pero adentrarse en sus fiordos

Una de las mejores maneras de explorar Croacia es a bordo de algún barco o cruceros, ya que la aproximación por mar a sus ciudades costeras es algo imperdible de este destino. Y sin embargo algo muy destacable de la experiencia no es solo llegar por la costa, sino poder “acercarse”,  adentrarse en algún barco más pequeño que lo permita en los pasajes y estrechos fiordos.

7- Si el cuerpo y estado físico lo permite, un par de ciudades que se recorren mejor en bicicleta

Es una gran alternativa para quien pueda realizarlo así, y moviéndose a su propio ritmo.

En Split, una paseo matutino en bicicleta te da la opción de una recorrida por todo el paseo marítimo y la zona más alejada, boscosa, conocida como los pulmones de Split. Luego sí uno tendrá tiempo de parar, caminar y adentrarse en las hermosas tiendas y sobre todo en sus bares y restaurants. Además de la oportunidad que nos ofrece de acercarnos a la histórica con las impresionantes ruinas romanas del Palacio de Diocleciano en el corazón mismo de la ciudad.
En Zadar, si bien notarás lo diferente que se ve a simple vista en relación a las demás ciudades mencionadas, hay muchas cosas que descubrir. Es una ciudad mucho más ecléctica y con un ritmo y aspecto más bohemio y artístico. Y un paseo en dos ruedas aquí te dará un pantallazo ideal de lo que mucho que tiene para ofrecer. Luego caminala, recorrela y no descartes el cruzar a la isla de Pag como ya te recomendamos.
En Hvar, que además de sus famosas playas y la vida nocturna que ofrece, sobre todo cada verano, hay tanto para recorrer que un paseo en bicicleta también ayuda a salir del epicentro por un momento y descubrir rincones ocultos de la ciudad y la costa. El resto de la tarde o de la noche sí aprovecharla para vivirla, disfrutarla en alguno de los populares bares frente al mar, mirando la puesta de sol y saboreando alguno de los ricos platos locales.
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